Descubriendo los Sotos del Ebro: Vida en la Ribera

La primavera ha llegado con fuerza este año a la mancomunidad de Ábalos, Briones, San Asensio y San Vicente de la Sonsierra, dejando tras de sí un paisaje vibrante y una explosión de biodiversidad en uno de los tesoros naturales más desconocidos de la región: los sotos del Ebro.

Los sotos, esos bosques de ribera que crecen a orillas del río, se han visto especialmente favorecidos por una primavera inusualmente húmeda. Las lluvias generosas han alimentado tanto al río como a su entorno, y hoy, pasear por estos rincones es adentrarse en un paraíso verde, lleno de vida.

¿Dónde se encuentran los sotos?

A lo largo del curso del Ebro, entre los términos municipales de San Vicente de la Sonsierra, Briones, Ábalos y San Asensio, encontramos diversos tramos donde la vegetación de ribera ha conseguido desarrollarse de manera natural. Algunos de los sotos más accesibles se localizan cerca del puente medieval de San Vicente, en las inmediaciones de la zona de paseo junto al río en Briones, o en los caminos rurales que conectan San Asensio con la ribera, entre viñedos y bosquecillos húmedos.

Un refugio para la biodiversidad

Gracias a las abundantes lluvias, este 2025 los sotos presentan un verdor excepcional. Las alamedas, fresnedas y saucedas están en su máximo esplendor. Entre las especies más destacadas encontramos:

  • Árboles y arbustos: álamos blancos, sauces llorones, fresnos, tamarices y majuelos.

  • Plantas herbáceas: lirios silvestres, ortigas, juncos y una gran variedad de helechos y flores silvestres que tapizan el suelo húmedo.

La fauna también se ha visto beneficiada por este renacer natural. Las aves acuáticas y forestales se multiplican:

  • Aves: martinetes, garzas reales, ánades reales, ruiseñores, oropéndolas y pitos reales.

  • Mamíferos y anfibios: zorros, nutrias, tejones, sapos corredores y ranas comunes.

  • Insectos: mariposas como la macaón y la medioluto, libélulas brillantes, abejas silvestres y escarabajos coloridos.

Este entorno constituye un verdadero corredor ecológico, esencial para las especies migratorias y para el equilibrio ecológico de la zona. La primavera húmeda ha favorecido la aparición de zonas encharcadas y charcas temporales que actúan como criaderos para los anfibios y bebedero para muchas otras especies.

Una experiencia para todos los sentidos

Recorrer estos sotos es una experiencia sensorial única: el murmullo del agua, el canto de las aves, el aroma a tierra húmeda y vegetación fresca... Ya sea a pie o en bicicleta, por senderos señalizados o simplemente dejándose llevar por el curso del río, este es un plan perfecto para quienes buscan naturaleza en estado puro, muy cerca de pueblos llenos de historia, vino y cultura.

Te invitamos a calzarte las botas, preparar los prismáticos y venir a descubrir uno de los secretos mejor guardados de nuestra tierra. Esta primavera, la ribera del Ebro en la Sonsierra está más viva que nunca.